La actividad consistió en que durante cuatro días tuvimos que adoptar un huevo "El Huevijo", y escribir nuestros sentimientos y tareas en un diario.
Las normas eran sencillas:
- El huevo no podía quedar solo, tenía que estar donde pudiéramos verlo
- No se lo podíamos dejar a nadie
- Y claro está... no podemos hervir otro..
Al terminar la semana (dura semana, por cierto) realizamos varias reflexiones, algunas interesantes:
- Todos los diarios comenzaban con un "Estoy feliz de tener mi Huevijo", "Qué contenta estoy de tenerlo". Todos los diarios terminaron " Estoy harta de mi huevijo", "Es una lata llevarlo a todos los lados... Esto nos ha dado pie a hablar sobre lo que cuesta ser responsable de algo. Todos estamos de acuerdo en que es muy trabajoso ser responsable. Pero...
- Nos hemos preguntado, ¿Hemos tenido tentaciones de hervir otro huevo? (Esta pregunta también la podemos lanzar a casa, jeje) . Cuando nos poníamos muy tristes, porque el Huevijo se había roto, a muchos se nos pasó hervir otro... ¿Pero me sentía igual? En general, la idea era que no.
La verdad es que ha sido una actividad muy simple, pero que ha dado lugar a trabajar muchas cosas, Supongo que desde casa habrán salido conversaciones interesantes, y que a los mayores también nos han hecho pensar.
Han demostrado que saben ser responsables, con algún que otros despiste, pero responsables. Si no lo fueran el primer día ya lo hubiesen olvidado.
Un saludo!
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